miércoles, 8 de junio de 2011

Guatemala no es Guatemaya



POR CESAR CHUPINA. Como decimos en la Logia RC, lo que hay que combatir es la ignorancia para que el hombre se libere y ésta no sólo se da en los planos esotéricos sino en todos los niveles de existencia.

Reflexionando al respecto yo agrego que la ignorancia nos hace hacer y decir estupideces que rayan en lo ridículo como aquella de querer solicitar al Congreso de la República que por decreto se cambie el nombre Guatemala por Guatemaya por el simple y sencillo hecho que un conductor de TV internacional ha dicho que “Guatemala es tierra de gente mala…”. Al respecto que dirían los guanacos de los chistes de mal gusto que hacemos de ellos los chapines...

Siguiendo ese razonamiento tendríamos entonces que censurar que hasta en telenovelas como “Soy tu dueña” nos señalen como un país de salvación para los malvados porque somos la tierra bendita para los narcos.

No cabe duda que los guatemaltecos por defender un nacionalismo trasnochando nos olvidamos de lo que verdaderamente importa que es la identidad. Como cuando se quisi censurar la película “La Jurado” porque ambientada en Guatemala no presentaba al verdadero Chichicastenango sino un estudio construido para la filmación con el pecado de que se decía ser ese paradisiaco lugar…

Pues volviendo a lo del cambio del nombre al país debemos ver primero que el término Maya es un invento de los estudiosos. Nadie sabe cómo se llamó la civilización que floreció, lo cual no es “pecado” tampoco porque lo mismo ha sucedido en otras latitudes como Egipto donde no sabemos realmente como se llamó teniendo únicamente como primera referencia la griega donde se le denomina “el país de la tierra negra”. Pero de ninguna manera Egipto…

Y aunque a nivel político y social valga que los indígenas por defender su identidad se llamen Mayas eso es harina de otro costal como para cometer la imbecilidad de molestar al soberano Congreso para que nos cambie el nombre.

La palabra Guatemala, como designación de un país determinado, apareció escrita por primera vez en un documento castellano, precisamente en la carta que Pedro de Alvarado envió a Hernán Cortés, desde Utatlán, el 11 de abril de 1524. En ella el Adelantado narraba las peripecias de su viaje de Soconusco a Utatlán, la ciudad quiché que destruyó, y allí escribió dos veces el nombre Guatemala. En una segunda carta enviada a Cortés, fechada el 27 de julio de aquel mismo año, escribió Alvarado que fue muy bien recibido en tierras tzutujiles, de la Costa Sur y de Cuscatlán, mencionando que ambas pertenecen a Guatemala.' Hernán Cortés también se refirió a la 'ciudad' de Guatemala en una carta dirigida a Carlos V y fechada en la ciudad de México el 15 de octubre del citado año 1524.

En los tres documentos citados, el nombre Guatemala se escribe igual que en la actualidad; se trata, sin duda, de la forma castellanizada de Quauhtemallan, nombre con que los mexicanos que acompañaron a Alvarado y a Cortés designaban a la 'capital' cakchiquel. El nombre Quauhtemallan aparece en la Lámina 81 del Lienzo de Tlaxcala en la que se hace referencia a la conquista de Iximché.

En aquellos años del siglo XVI, aparentemente no hubo problemas para escribir el nombre Guatemala con esta grafía. Sólo en algunas actas del Cabildo de Santiago, recogidas en el Libro Viejo, se cambia Guatemala por Guatimala. Años más tarde, ante la dificultad de hallar el significado etimológico de la palabra Guatemala, algunos historiadores y lingüistas sugirieron algunos cambios en la grafía del vocablo indígena original.

Cuando Alvarado decidió fundar en Iximché la ciudad de Santiago, centro político del nuevo territorio de la Corona española que se estaba ganando a los indios, se inició el proceso de cambio del sentido geográfico del vocablo Guatemala. Ya no fue, entonces, el nombre de una ciudad o de un pueblo indígena sino el de una nueva provincia, y como 'Provincia de Guatemala' apareció en el Libro Primero de Cabildo o Libro Viejo. Así la llamó Alvarado, en enero de 1526, en su exposición al Cabildo, a cuyos miembros recordaba que él había venido a conquistar estas tierras y que fundó la ciudad de Santiago. De igual manera la llamó Sancho de Barahona, Procurador de la ciudad en 1527, al presentar su requerimiento en contra de los diezmos; y cuando Jorge de Alvarado asentó la ciudad en Almolonga declaró que este 'sitio es término de la provincia de Guatemala'.

Cuando Carlos V nombró a Pedro de Alvarado Gobernador y Capitán General, la provincia adquirió una dimensión más amplia y oficial: De allí en adelante el nombre Guatemala designó no sólo a la ciudad o a la provincia, sino a la Audiencia y Cancillería Real, la Capitanía General o Reino de Guatemala, que se extendía desde Chiapas hasta Costa Rica. Tal designación se mantuvo hasta el 1º de julio de 1823, cuando las antiguas provincias decidieron cambiar el nombre enraizado en su historia desde los albores de la época colonial, por el de América Central. Desde 1847, Guatemala designó sólo a la república de este nombre.

En los años iniciales no hubo problemas con el nombre Guatemala. Para los habitantes de entonces, designaba a la ciudad y a la provincia de los cakchiqueles, que eran los 'guatemaltecos' por derecho propio. El idioma de éstos, asimismo, se conocía como guatemalteco. Con el paso de los años los historiadores y lingüistas comenzaron a preocuparse por averiguar el origen del nombre y asignarle un significado etimológico. Fuentes y Guzmán dijo que el nombre derivaba de Jiutemal o Juitemal, un legendario rey cakchiquel; o bien que podría venir de la palabra indígena Coctemallan, que quiere decir palo de leche.

Para Francisco Ximénez, el vocablo original fue Cuahuitimal, que quiere decir fuente de donde se extrae el betún amarillo. Jorge Luis Arriola recogió éstas y otras etimologías de la voz Guatemala, presentadas durante muchos años por diversos investigadores, y resumió la siguiente información:

•Para Domingo Juarros el nombre se deriva de Quautemalli, que significa palo podrido

•Francisco de Paula García Peláez lo hizo derivar de Guhatezmalhá, o cerro de agua

•Manuel García Elgueta lo relaciona con Quauhtlimallán que quiere decir águila cautiva

•Walter Krickeberg indicó que el nombre se origina de Cuahtemallan, que significa entre montones de madera.

•Arriola, como lo creyó también Adrián Recinos, después de analizar éstas y otras explicaciones llegó a la conclusión de que la geonimia significa, interpretada en una forma más libre, lugar de bosques o sitio boscoso. Recinos asignó el mismo significado a la palabra 'quiché', es decir, tierra de muchos árboles, y agregó que 'el mismo significado tiene la palabra náhuatl Quauhtlemallan'.


En vista de que los lingüistas no han podido ponerse de acuerdo sobre la etimología de la palabra Guatemala, hay que buscar otros medios para resolver el problema. Algunos especialistas sugieren un análisis comparativo del nombre de otras localidades del país, que se pueden considerar contemporáneas y de las cuales se conoce también el nombre original.

Las fuentes indígenas mexicanas también se refieren a las relaciones con habitantes de Guatemala en la misma época anterior a la Conquista. En la Relación del origen de los indios de la Nueva España se dice que Ahuitzotl 'fue rey tan valeroso que extendió su reino hasta la provincia de Guatimala, que hay de esta ciudad de distancia trescientas leguas, no contentándose hasta los últimos términos de la tierra que cae al mar del sur'. Francisco Javier Clavijero amplió la información y escribió que Tliltototl llevó sus armas victoriosas hasta Quauhtemallan o Guatemala, a más de novecientas millas al sudeste de México…

Aún cuando no fuera cierto que ejércitos mexicanos llegaron hasta Guatemala, el mismo Clavijero afirmó que sí invadieron Soconusco y que sometieron este territorio al reino de Ahuitzotl y que desde allí pudieron llegar las avanzadas de comerciantes mexicanos hasta el Altiplano central de la actual Guatemala, siguiendo el procedimiento que, según Hernando Alvarado Tezozomoc, se utilizaron para conquistar territorios situados en el sur del Valle de México. De acuerdo con este cronista, en efecto, los comerciantes eran la avanzada de los reyes mexicanos en la conquista de nuevas tierras.

No tendría nada de extraño que grupos de aquellos tratantes o mercaderes, como los llama Tezozomoc, hubieran visitado muchas veces las ciudades indígenas que, por conveniencia, identificaban con nombres mexicanos. Estos, en la mayoría de los casos, eran simples traducciones de los nombres locales expresados en las lenguas vernáculas. Fueron precisamente estos nombres los que aprendieron los conquistadores castellanos de sus auxiliares mexicanos. Sólo así se explica que Cortés afirmara que hacía días tenía noticias de Utatlán y Guatemala, y que Alvarado, a su vez, haya nombrado a estas mismas ciudades, a Quetzaltenango y a Zapotitlán, ignorando sus nombres verdaderos.

Arriola, en su Libro de las Geonimias de Guatemala, se refiere a varios casos de ciudades con nombres de origen mexicano para las cuales se conocen también los nombres antiguos de origen mayense. En estos casos el nombre mexicano tiene casi siempre una etimología muy semejante a la quiché o cakchiquel, como en los siguientes ejemplos:

•Almolonga significa donde mana agua; el nombre original era Bulbuxyá, manantial de agua;

•Chichicastenango, lugar de las ortigas o chichicastes, se llamaba Chugüilá o Chilá, que son palabras que tienen el mismo significado;

•Chimaltenango, muralla de escudos o rodelas, era Bocob o Bocó, que significa escudo o rodela;

•Mazatenango, lugar de venados, se llamaba Cakolquiej, que tiene también un significado equivalente;

•Totonicapán, en el lugar del agua caliente, se llamó Chuimekenhá, lugar sobre el agua caliente; y

•Zapotitlán, lugar de zapotes, era Xetulul, lugar al pie de los zapotes.


Todos fueron asentamientos contemporáneos al de Guatemala y lo que ocurrió con sus nombres debió ocurrir también con el nombre Guatemala y, por consiguiente, se podría resolver el caso del significado etimológico de este último, si se le aplica el mismo patrón y se traduce el nombre cakchiquel de donde se obtuvo el nombre Cuauhtemallan. No es difícil identificar este vocablo, pues sólo hay dos que pueden ser equivalentes a Guatemala: Iximché, la ciudad que sirvió de asiento a Santiago, y cakchiquel, el nombre de la nación indígena o país que tuvo a Iximché por capital.

El lienzo de Tlaxcala no ayuda a solucionar el problema. En las láminas dedicadas a la conquista de Guatemala se identifican con ciertos dibujos o jeroglíficos los nombres de algunos pueblos. Por ejemplo, hay un árbol, presumiblemente de zapotes, en la lámina de Zapotitlán; unas largas plumas (de quetzal?) en la de Quetzaltenango y la figura de un perro en la de Ytzcuintepec. En la correspondiente a Quauhtemallan el jeroglífico es la cabeza de una ave rapaz, posiblemente un águila. Si Quauhtemallan fuera la traducción de Iximché, el jeroglífico debería ser un árbol de ramón, o en todo caso una milpa o una mazorca y no una águila. Por este jeroglífico García Elgueta, citado por Arriola, propuso para Quauhtemallan el significado de Aguila Cautiva, pues águila en náhuatl es Quauhtli. Para otros autores la cabeza del águila es el jeroglífico de la primera sílaba de Quauhtemallan.

Quauhtemallan es la traducción de cakchiquel, el nombre de la nación o pueblo en cuya capital asentó Alvarado su real y fundó la ciudad del Señor Santiago, primera ciudad de españoles en nuestro territorio. Esa era, por cierto, la opinión de los indígenas Principales de Santiago Atitlán cuando se les preguntó sobre el significado del nombre de Guatemala en 1585. En aquel año el Corregidor Alonso Páez Betancor, acompañado de Fray Pedro de Arboleda y del escribano Francisco de Villacastín, recababa datos, cumpliendo órdenes superiores, para la relación geográfica de Santiago Atitlán, relación que debía hacerse siguiendo detalladas instrucciones.

La primera información que se solicitaba era que se diga el nombre de la comarca o provincia en que están, y que quiere decir dicho nombre en lengua de los indios y porque se llama así'.

En el año de 155, los encuestados de Santiago Atitlán fueron los indígenas Principales que tenían más de 80 años de edad. El Gobernador Francisco Vásquez y Fernando de Soto, Pedro de Alvarado, Gonzálo Méndez Gonzálo Ortiz, Diego Ramírez y Juan Elías, respondieron que en el tiempo de infidelidad, los ancianos y señores de este pueblo siempre entendieron que el nombre y apellido de la ciudad de Santiago en su lengua materna, la cakchiquel y en traducción al mexicano quería decir Cuauhtemala. Escribiéndose C mayúscual u a u h t e m a l a.

Al seguir contestando las instrucciones de la encuenta de 1585 y pedírseles que explicaran por qué se llamaba así ampliaron su respuesta diciendo que en el tiempo de su infidelidad los caciques y señores que gobernaban las cuatro cabeceras de este reino eran Tecpán Quauhtemala, Uhtlatlán, Tecuizitlán y Atitlán. Cuando tenían guerra con otras provincias se juntaban cada uno de los señores en su tierra y nombraban dos capitanes para dirigir el ejército: Uno de los capitanes se llamaba quauhtli, que en lengua castellana se dice águila, este capitán se armaba y vestía sobre las armas o escaopil la insignia del águila. Como casi siempre, el capitán quauhtli usaba dicha insignia del águila, se llamó a la provincia Cuauhtemala.

En la primera parte de su respuesta los Principales de Santiago Atitlán fueron precisos en responder que Guatemala es la traducción de cakchiquel, y después explicaron indirectamente el significado del jeroglífico del águila que aparece en la gráfica de Guatemala en el lienzo de Tlaxcala: no se trata de la primera sílaba del nombre del lugar sino de la identificación del señor o capitán de los cakchiqueles. Es decir que los Principales de Santiago Atitlán confirmaron el hecho de que durante los primeros años de la dominación castellana, Guatemala y cakchiquel significaban lo mismo para los españoles y para los indios y, por consiguiente, el significado etimológico de ambas palabras debe ser igual o equivalente.

Del significado del vocablo cakchiquel no hay duda, ya que está bien claro en los textos indígenas clásicos, como el Popol Vuh y el Memorial de Sololá. En el primero se dice: 'En seguida dieron su nombre a los Cakchiqueles, Gagchequelab fue su nombre', es decir, los del árbol rojo o de fuego. Una versión semejante se lee en el Memorial de Sololá: 'Cuando llegamos a las puertas de Tulán fuimos a recibir un palo rojo que era nuestro báculo, y por eso se nos dio el nombre de Cakchiqueles ¡oh hijos nuestros! dijeron Gacavitz y Zactecauh'.

Es decir que la palabra Cuauhtemalan, castellanizada como Guatemala, es la versión mexicana de cakchiquel que quiere decir árbol o palo de fuego o rojo. Parece más aceptable la primera versión, la del árbol de fuego porque, según el Popol Vuh: Hubo una tribu que hurtó el fuego entre el humo. Y fueron los de la casa de Zotzil... No pidieron el fuego los Cakchiqueles porque no quisieron entregarse como vencidos, de la manera como fueron vencidos las demás tribus…

No es difícil identificar el vocablo Guatemala, pues sólo hay dos que pueden ser equivalentes a Guatemala: Ixhimché, la ciudad que sirvió de asiento a Santiago y cakchiquel, el nombre de la nación indígena o país que tuvo a Iximché como capital.

jueves, 2 de junio de 2011

Hondureños que hacen sombra




En el marco del VII Festival del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias se presentó en el Teatro de Camara Hugo Carrillo el magistral montaje proveniente de Tegucigalpa, Honduras en base a la obra clásica del teatro italiano “La Mirandolina”, de Carlo Goldoni.

Con la petulancia de los chapines, algunos de mis acompañantes comentaban que no pareciera que en Honduras se hiciera buen teatro. Pues si, les dije. Me consta no solo porque viví allí sino porque se del tesón de los catrachos de hacer las cosas bien, cosa que hemos perdido en Guatemala.

Mientras en Guatemala nos quedamos con el complejo de Capitanía General, los otros países se han desarrollado culturalmente sobremanera. Si revisamos la historia de nuestro teatro esta obra no se ha puesto nunca cuando es cotidiana en lugares como Argentina y España por solo mencionar dos y últimamente en aéreas como la hondureña.

Y es que Guatemala, tierra de abortos ha ido muy bien encaminada varias veces. Una de ellas era cuando yo estudie teatro en la ENAD cuyos primeros montajes me recordó esta puesta en escena de la Asociación Cultural Memorias de Honduras donde, como en el montaje catracho, se combinaba un buen texto, una dirección acertada, magistral y pedagógica, talento innegable de los alumnos y mucho pero mucho estudio.

Si algo caracteriza al trabajo “La Mirandolina” es su escuela. Toda la obra goza de unidad en los signos, rara vez encontrada en los montajes actuales guatemaltecos. Destacan las escenas de los interiores de los personajes pintadas con luz roja y las actuaciones que combinan magistralmente el decir, la expresión corporal, el desplazamiento y el tono.

Esta historia sigue una tendencia ya marcada por la Asociación Memorias, que a través de los montajes escénicos se ha dedicado a reivindicar el papel de la mujer en la historia, reflejado claramente en obras como “Los Monólogos de la Vagina”, “Lisistrata” y ahora “La Mirandolina”, que se suma a las heroínas enaltecidas sobre las tablas del escenario.

En el interior de una posada italiana del siglo XVIII habita una mujer que rompe con los esquemas de la sociedad en la que vive. Y esto también es un ejemplo para los guatemaltecos en los que aun predomina el machismo y ha sido muy difícil el desarrollo y promoción de las mujeres de las que obviamente La Mirandolina, dueña de la posada es símbolo en la cultura occidental.

La obra cuenta con una estructura muy ágil y durante cada acto va logrando captar cada vez más la atención de los espectadores, que conocen de primera mano a la máxima heroína de la dramaturgia del siglo XVIII.

El padre de la Mirandolina acaba de morir; esto obliga a la joven a hacerse cargo del negocio de la familia y aceptar el reto de poder vivir sola y enfrentarse a un mundo dominado por los hombres, que en esta obra están representados por un Conde, que es rico pero que acaba de comprar su título ya que su ascendencia no es noble sino mas bien burguesa.

Por otra parte, está un Señor Marqués que ha sido noble pero que ha perdido toda su riqueza por la forma de vida que ha llevado, llena de lujos propios de las costumbres aristocráticas que predominaban en la época.

Se puede decir que ambos personajes reflejan en sí mismos el cambio del sistema que se daba en esos momentos en Europa. En la historia también es parte la visión de un señor caballero que tiene la conciencia de la época sobre lo que las mujeres deben ser: las mujeres no pueden ser independientes, no son capaces de administrar negocios, no deben ser libres, deben estar en la casa para tener hijos y cuidar de ellos, etc.

La artista y directora de teatro, Inma López representa a la Mirandolina. El resto del elenco lo forman José Luis Recinos, Eric Pineda, Ana Sofía Velásquez, Gary Nazar, Santos Miguel Salgado

Tito Ochoa es el director. Egreso de la Academia de las Artes de las Musas, de la República Checa, y lleva 25 años de trabajo teatral. Rescata en este montaje a uno de los personajes variopintos que se encuentran en la posada de Mirandolina, la posadera, una mujer que sabe utilizar a la perfección sus armas de seducción para conquistar a caballeros de diversa índole.

Pero no solo este personaje femenino pone en relieve lo femenino, valga la redundancia. Aparte de las actitudes machistas y de cacería de todos los personajes masculinos, los enredos se dan cita en la posada con la llegada de dos comediantas que se hacen pasar por damas y se mofan de esta aristocracia.

En definitiva, son las maneras de mofarse de la aristocracia y burguesía decadente las que en su día tacharon la obra de Goldoni como falta de ética. Sin embargo, es la ética la que está muy presente en cada uno de los personajes. Pero este tema se queda como un simple argumento complementario a la obra, cuyo mensaje principal, y que al final de la obra lanza Mirandolina al público como reflexión, es la independencia y autonomía de la mujer.

Un canto a su libertad que al final es la libertad de todos... Y llegado gracias a la magia del Teatro. Por ello es inaceptable que este en Guatemala se siga haciendo en medio de tanta mediocridad… El reto es volver a intentos como los que mencionaba en ENAD donde se produjeron trabajos como “La Mandrágora”, “Moliere”, “El Juego que todos Jugamos”, “Pluto y la Riqueza”, “El Señor Presidente” entre otros de gran envergadura. De la misma dicha escuela hay suficiente personal preparado para aceptar el reto...

miércoles, 1 de junio de 2011

Dimensión esotérica del Arte



POR CESAR CHUPINA. De nuevo expuse en el Centro Cultural Rosacruz. El tema fue “La Dimension Esoterica del Arte” desarrollándolo en dos partes: Una tesis divida en dos partes por medio de una pausa reflexiva sobre lo que es el Arte y la Belleza. Cite varios fragmentos del trabajo “La Musica de las Esferas” del Dr. Carlos Seijas. los mismos, Esperancita de Ambeliz, con quien compartimos la direccion de la Comision de Cultura de dicha entidad, los leyo con el enfasis que le da laextraordinaria oratoria que la caracteriza…

Tengo muchas razones personales y académicas por la cuales quiero desarrollar este tema. Pero todas se sintetizan en que el Arte es parte de mi vida. Nací para hacer teatro y escribir y constituyen ambas disciplinas parte de mi vitalidad. Tengo arte en mi genética desde mis ancestros donde puedo perfectamente mencionar del lado paterno a ascendientes de mi señor padre tanto de su lado materno como paterno que hacían arte y desenvolvieron su vida en los dos siglos pasados en el mismo.

Al estar en AMORC, como aquí nos dejan ser nosotros mismos y el plan es el autoconocimiento y muy contrario a lo que pensé al creer que había dejado atrás el Arte por ser una etapa de mi vida, esto se acentúa y encuentro aquí el canal perfecto para desarrollar lo que en Teatro se me ocurrió como “esoterización escénica”. De hecho AMORC es el gran océano a donde vienen a desembocar mis ríos y riachuelos que son las cosas que he hecho en mi vida y aprendido. Cada detalle ha adquirido sentido en la misma.

Cuando inicié en el Arte me decidí por lo que se conoce como Teatro experimental para dar una opción distinta en el medio en el que me formé. De hecho nada raro en mi vida que de por sí es un experimento apasionante. Fue así como decidí a jugar con los sígnos teatrales, a quitar y poner del hecho escénico a capricho y antojo, a inventarme una teoría y a llegar a lo que se llama esoterización. Al descubrir que podía dominar mis emociones en el escenario me dije que también podía aplicarlo a la vida real y es así como llegué al autodescubrimiento donde cuando alguien trabaja conmigo en mis laboratorios siempre sale transformado porque no sólo las técnicas lo ayudan a su superación personal sino que el personaje teatral se convierte en un espejo para verse a sí mismo. En este sentido, uno de mis mejores experimentos ha sido “Romance entre Tres”. En el mismo, se pinta a mi personaje, Mario como un ser violado por su amigo tras haberlo tenido prisionero en una caja. Mientras iba desarrollando el personaje emocional descubrí que yo no puedo estar encerrado y como al final de la trama todo sucede en la mente de Mario que soy mal pensado. Como ante el espejo me dije que Mario era un estúpido en tales o cuales cosas y que César ni de chiste haría tal o cual cosa. Como mi teatro siempre es reflexivo, la mayoría de las veces al final hago un foro y los resultados fueron sorprendentes al decirme los asistentes que ese hecho de violencia allí pintado no era nada a la vida real donde había cosas peores y la gente empezaba a contar sus historias.

Otra cosa importante en este hecho escénico que cambió mi forma de hacer arte por completo es el compartimiento energético con mi partenaire. Vinicio Reyes, quien hacía el personaje del amigo de Mario, llamado Renato. El terminaba exhausto mientras yo tenía mucha energía. Descubrimos que yo hacía respiraciones mientras él se hartaba de comida y obviamente los metabolismos eran otros. Por otra parte, el desarrollo emocional de Vinicio lo hacía entrar en una katarsis personal cuando había matado a Mario que removía los aspectos más profundos de su ser. Y como yo nací para la vanguardia, este hecho escénico me colocó a la delantera del teatro gay en Guatemala, denominado así por su temática y que nadie se había atrevido a hacer en nuestro país.

No he tenido tapujos en entrarle a cualquier temática. El destino me dio el estandarte de la experimentación artística en Guatemala con resultados tales como al conjuntarlo con la religión el Teatro Itinerante con la escenificación de la Pasión de Cristo en vivo como si fuera una procesión. Esto se fusionó a otra idea rara y loca que se nos ocurrió en el I festival del Centro Histórico del cual soy fundador: El Teatro Bus que es hacer teatro en un bus que va caminando y que a la vez se fusionó con el Teatro Instalación en la que los espectadores son los que caminan alrededor de las escenas como en una instalación plástica y el Teatro Conferencia donde fundí aspectos teatrales con conferencias como ésta. De estos experimentos el más notable es la Pasión de Cristo donde a través de la figura de Jesús pudimos llegar al alma de muchas personas. Célebre es el montaje que hicimos en el Gallito con exdrogadictos.

Al experimentar con la Ciencia desarrollamos el teatro gestual con personas sordas. Es uno de los grandes momentos de mi vida, captado por los medios de comunicación internacional. Al desarrollar este tema, pedí asesoría al Dr. Carlos Seijas y me envió un trabajo suyo denominado “La Música de las Esferas” donde subrayo lo siguiente ante mi propio asombro: “Puesto que la música (yo diría el Arte en general y ya hablaremos de quien a mi entender es la madre de todas las artes) afecta a todo el organismo humano, puede ser valiosa en el tratamiento de una invalidez física, ya se deba esta a poliomielitis, parálisis cerebral, distrofia muscular progresiva, enfermedades respiratorias o, también, algunas minusvalías sensoriales como ceguera y sordera…”. Más adelante, Seijas recalca “para los sordos, la música puede ser físicamente terapéutica, pues corrige ciertos efectos fisiológicos debido a esa discapacidad”.

En la “esoterización escénica” o Visión Esotérica del Arte parto de que todo tiene varios niveles de lectura. Algunos aseguran que son siete las llaves que nos da cada cosa. Obviamente, si hablamos de arte una de las dimensiones es esotérica si queremos entender al arte como una expresión espiritual.

Es un camino que lleva a autodescubrirnos y a entrar en contacto con una dimensión que sobrepasa la material, la percibida por los sentidos mismos. En ese sentido, la “esoterización escénica” en el Teatro que bien puede decirse simplemente “esoterización” en el resto de las artes (incluyendo el teatro) no es más que la búsqueda de esa dimensión en el hecho creativo, plasmada en símbolos y signos que sólo el alma entiende y la expectación y descubrimiento de la misma por parte del espectador.

A nivel académico es obvio el tema debido a que el arte es una de las caras de la Pirámide que conforman todas las escuelas filosóficas e iniciáticas. Al apelar el mismo a las emociones y darle un nivel diferente al pensamiento en Occidente ha hecho que consciente o inconscientemente muchas creaciones nos acerquen el cielo. Cabe mencionar el caso de Mozart, Leonardo da Vinci, el teatro griego, entre otros para darnos cuenta al nivel de perfección a que puede llegarse. En esto cito de nuevo al Dr. Seijas en su trabajo mencionado que lo concluye precisamente hablándonos de la fuerza de la Música que yo aplico a todas las artes: “…esta fuerza es suficiente para emocionarnos hasta lo más profundo. ¿De dónde viene esta fuerza? Viene de la tierra y del cielo. Un cantor flamenco era entrevistado en una discusión de musicólogos sobre el origen de esta tradición: «Yo trabajo mi campo - dijo él - la tierra se abre y su canto se eleva. Eso es el flamenco». La verdadera música es una ofrenda de la tierra que se eleva hacia el cielo. Entonces sucede que el Cielo responde”.

Como miembro de AMORC estoy más que convencido que así como se han hecho esfuerzos históricos para conciliar Ciencia y Misticismo de la misma manera debe suceder con el Arte y el Misticismo. Esta es por supuesto una mejor ventana para el alma que la Ciencia misma porque toca las partes más sensibles del ser humano. Llega a lo más profundo de su sistema nervioso y sabemos que es aquí donde en ciertas partes nos conectamos con el Cósmico.

De hecho parto en que el Cósmico es un artista. Que la mejor obra arte es la suya y nosotros estamos incluidos en él. Al decirnos que somos “su imagen y semejanza” tenemos dentro de nuestras cualidades el poder de crear, de hacer cosas y de hacerlas perfectas y bellas. Y es precisamente la belleza uno de los atributos del Gran Arquitecto reflejadas en su creación.

Y sin ir muy lejos sabemos que los grandes ideales de la humanidad son la Verdad, la Bondad y la Belleza, para lo cual existen los caminos respectivamente de la Ciencia, la Religión y/o Filosofía y el Arte. La “esoterización” no hace más que poner un ingrediente extra a lo que estamos acostumbrados ya que al percibir con los sentidos corporales como se hace convencionalmente en estos caminos, tenemos un invitado adicional en nosotros mismos: Los ojos del alma… Aquellos que ven más allá de dichos sentidos materiales.

PAUSA REFLEXIVA
DIMENSION ESOTERICA DEL ARTE
Conexión a lo bello


•el Arte es una de las caras de la pirámide esotérica

•el Arte es belleza

•belleza es valor a perseguir

•belleza genera emoción estética

•“quién lee poesía no trata de "entender" un poema, sino más bien se armoniza con él…” CARLOS SEIJAS

•“quién lee poesía se armoniza con el poeta para "sentir" como él, encontrar su "saber“…”CARLOS SEIJAS

•“lo bello es una forma sensible de la Armonía que trasciende los objetos y a la cual el mundo material brinda tan sólo un soporte” J.A. LIVRAGA.

•“la belleza es la más inmaterial y dinámica de las formas” J.A. LIVRAGA.

•“el Arte es un elemento profundamente unido a nuestra naturaleza humana a través del cual recibimos el escondido secreto de la vida”
•esta es la dimensión esotérica del Arte

•“el Arte puede elevarnos o hacernos egoístas, fijarnos en un mundo sensible o atraernos hacia las esferas de la espiritualidad”. Hegel.

•“…el Arte a quienes lo creamos puede enaltecernos o envilecernos…” Irina Polá

•“cuando la luz de la belleza toca el aspecto visible del hombre, se expresa en elegancia”

•“cuando se refleja en sus acciones es cortesía”

•“cuando impregna sus emociones y sentimientos se manifiesta como bondad de corazón …”

•“…y cuando ilumina las Ideas, la belleza es Sabiduría….”

•“…los griegos decían que si lo bello iba al lado de la bueno era dos veces bello…” Irina Polá

•“si todos construimos algo fuerte y grande dentro de nosotros, es posible que todo el mundo sea mejor, más fuerte y grande...y más bello”
•esta es la dimensión esotérica del Arte



EL ARTISTA
EN LA DIMENSION ESOTERICA DEL ARTE

Cuando creamos arte establecemos una estructura. En cuanto a esto me vuelvo a apoyar en el escrito del Dr,. Seijas: “La diversidad y proliferación de notas (yo aplicándolo a todas las artes diría signos) es inmanejable sin una estructura que la sostenga. Esta estructura no tiene que ser necesariamente una estructura musical, puede ser arbitraria, no musical o aleatoria. Si la estructura es arbitraria, sentimos la ausencia de presencia: es la música no-musical. Si la forma musical está determinada por la oportunidad en vez de la intención, reconocemos la música no-intencional. Si es intencional pero aún no-musical, sentimos la ausencia de musicalidad. La forma puede ser natural o no. Si es natural, puede ser orgánica o inorgánica. Si es no-natural, es ajena a nuestra naturaleza…La vida musical de cualquier cultura adopta sus propios principios para dar orden a la profusión de sonido. Estos principios de organización reflejarán la naturaleza de la cultura, junto con servir para expresar esta naturaleza, ya sea intencionalmente o de otra manera. La noción de correspondencia implica que podemos conocer sólo lo que es parte de nosotros. Si vemos el acto de la música como una unidad, en la cual no hay separación real sino sólo aparente, deberíamos deducir que hay algo inseparable en la naturaleza del músico y de la música”. Hasta aquí la cita a Seijas.

Y por supuesto que hay algo inseparable en la naturaleza del artista y del arte mismo. Todo lo que realiza es producto de la inspiración que le viene del Cósmico. Es un receptor de éstas y luego las transmite. Si no cae en el juego egoico de que él es el genio productor de las ideas inspiradas y se autoengaña sabe que es un canal por medio del cual el Cósmico expresa su belleza. Esto lo goza, lo vive y con sencillez lo expresa en un juego íntimo entre Dios y él. Hace de la creación un goce, un éxtasis. Seijas nos vuelve a ilustrar. Vuelvo a leer un fragmento de su escrito: “… un músico animado de un poder espiritual, un maestro espiritual, podrá obtener un efecto con prácticamente cualquier instrumento. … Los neoplatónicos del renacimiento conocían esto muy bien. Como Marcelo Ficino, un esoterista neoplatónico veneciano, que había establecido una especie de teurgia: tocando el violín, quemando perfumes, concentrándose en las vibraciones de ciertos planetas, él llegaba a fundirse con la entidad metafísica del planeta. ¡Todo esto en pleno Renacimiento! Más adelante se suprimió todo lo que podía producir una apertura espiritual demasiado sensible. Occidente ha caído en el materialismo, y, como compensación, se ha creado una imagen demasiado abstracta de la espiritualidad, separando radicalmente el espíritu del cuerpo. Y la música, en mayor grado que las otras artes, se sitúa justamente entre esos dos dominios, en las regiones del alma, de los sentidos interiores, de lo imaginario. Desde hace largo tiempo la música llamada clásica no se contacta sino con el intelecto; y esto también ocurre a menudo en Oriente. Esta supresión se efectuó en varias fases; pero en el siglo XIX todo quedó consumado”.

Seijas nos dice de la inspiración algo que ilustra el proceso creativo de todas las artes si cambiamos el lenguaje musical por el de cada una de ellas. En el caso del teatro yo diría, los signos teatrales, por ejemplo: “…Hablando de la inspiración, ésta es siempre importante en Occidente. Se espera de un intérprete que esté inspirado…Los artistas orientales, como los griegos consideran que ellos están sumergidos en una atmósfera donde flotan sonidos musicales… y que basta con captarlos. Pero entonces la inspiración significaría estar en otro estado, trascenderlo todo. Cuando se llega a ese estado de inspiración, se entra de golpe en la significación de una pequeña frase melódica. Ella habla y se siente que está viva de una manera diferente a la habitual. Entonces uno entra en sí mismo y esa frase nos lleva hacia otra y se siente la posibilidad de desarrollar algo nuevo. Llega un momento, con ciertos instrumentos en particular, en que el ejecutante siente que no es él quien está produciendo la música, ella actúa por sí sola. Muy a menudo es la mano la que piensa, ella lo hace. Cuando el músico constata esto, se vivencia a sí mismo como si fuera un lugar de tránsito de energía. Es una sensación indescriptible y que llena de dicha. Se pueden producir cosas increíbles. … Existen numerosas maneras de estar inspirado, pero la condición es una sola: eclipsarse. Lo que es catastrófico es cuando un músico tradicional toca desde su ego”.

El artista en la dimensión esotérica del arte, ve arte en todo porque reconoce que todo es parte de la obra del Cósmico y como es un místico aunque no se autodefina tal reconoce y respeta las jerarquías y ve también en la artes un reflejo de las jerarquías divinas. Coloca así la música como la madre de las artes porque ésta viene del Verbo mismo y es un derivado del lenguaje inicial y/o angélico que teníamos con Dios en el Paraíso antes que nos echaran del mismo.

La Música no sólo le acompaña en sus creaciones al artistas sino que forma parte de ellas aunque no sean música propiamente dicha Es así cómo vemos que la música no puede hacerse sin música; que hay música en el Teatro; que los parlamentos de éste son música; en la danza no se baila sin música y los artistas de la plástica expresan ritmo en sus imágenes y los de la palabra en sus textos. El cine, la televisión y otras expresiones tienen a la música como un personaje esencial.
Seijas al hablarnos del poder de la música dice que hay muchas respuestas que dicen cuál puede ser éste para terminar dándonos una pauta, una clave que está en el hombre mismo, en el creador, en el artista: “Una respuesta que pudiera ser más satisfactoria se perfila al abordar el tema del poder interior del ejecutante… Para transmitir un influjo, el ejecutante debe tener él mismo un cierto poder que viene de la calidad de su concentración, de su meditación. … es uno de los ejes fundamentales. Se ve raramente un músico que llegue a fascinar a la gente sin tener en sí mismo esta especie de fuerza interior. Por lo demás, esto es lo que constituye el beneficio de una tradición: se es iniciado a una cierta forma de espiritualidad a través de la música. Todo marcha junto… Por otra parte, la forma de la música misma hace que ella sea capaz de transmitir un poder o no. Si alguien trabaja sobre bases musicales que no corresponden de ninguna manera a las leyes de la naturaleza, como se observa a menudo en occidente hoy día, su espiritualidad no se puede expresar tan bien como la de un Bach por ejemplo. …Hablando de instrumentos hay algunos que se prestan particularmente a la transmisión de influencias y poderes. … ciertos instrumentos transmiten mejor que otros. … En la cultura occidental, es el violín el instrumento más cargado de poder... Cada cultura posee sus instrumentos privilegiados”.

Todo artista desde la dimensión esotérica tiene tres disciplinas: la de las manos, la de la cabeza y la del corazón. Las tres son en realidad, una. Son él mismo Cuando Seijas aplica esto a la música nos dice: “Las manos - una extensión del cuerpo total - la cabeza y el corazón pueden ser vistos como los elementos de operación, de acción, en la vida musical, y también como el asiento para la introspección o formas de experimentación de los diferentes mundos de la música: música como una cualidad, música como esquemas desplegados, y música como un evento fenomenológico. …El grado en el cual ocupamos su potencial es el grado que experimentamos plenamente o no, todo lo que es posible en nuestra vida musical. … la posibilidad que sea una puerta abierta al mundo de las cualidades, y entonces buscar el significado de una pieza musical. … El acceso a un mundo más sutil está más próximo a nosotros que el aire que respiramos. Es sorprendente, pero es una puerta que me lleva hacia mí mismo…”.
El artista en la dimensión esotérica del Arte sabe que al proyectar la creatividad del Cósmico, caminos como el trazado por AMORC, es la mejor guía para no perderse. De eso doy fe. Por ello, para finalizar la sesión de hoy voy a presentarles dos aspectos de lo que me ha sido inspirado con esta guía. El primero, tengo una propuesta para seguir con la esoterización. En ese sentido estar aquí ante ustedes hablándoles del tema que hoy nos ocupa es para mí simbólico porque abro con ella el tema como uno de mis aportes finales en esta encarnación. Así que estén pendientes porque algo saldrán de mis laboratorios… que ahora los pongo bajo los auspicios de la Rosa Cruz.

El segundo aspecto es mi último poemario. Ustedes pueden encontrar mis escritos en todos los géneros en Internet en las páginas que manejo. Uno de ellos es el recorrido de la poesía que escribo desde mi primer poema hasta el último. A continuación voy a proyectarles una selección de los últimos que se engloban poemario que se llama Poemario Rosacruz y me ha servido para experimentar con imágenes como ustedes serán testigos. El primer poema que aquí aparece fue producto de mi primera hora de Sanctum. Por ello, haremos este recorrido en el silencio. Como si estuviéramos cada uno en el nuestro. Los que son rosacruces me entienden. Y quienes no, experimentarán que cosas como las aquí presentadas pueden también experimentar ustedes en sus respectivos campos.

Y es que como nos dice el Dr. Seijas en el escrito que hemos citado en este espacio: “La música – repito que para mí en este contexto este es sinónimo de arte-… actuando sobre nuestro cuerpo y nuestro espíritu, por su sonido, su ritmo, su melodía, su armonía, ella nos transforma y nos vuelve a crear, modifica nuestra visión del mundo y nuestra relación con él… La música, al ser originalmente religiosa, tenía por finalidad religar el sujeto a las fuerzas que lo rodeaban y abrirle el acceso a mundos invisibles. …Por todas partes, se hacía música. Para elevar el alma, exaltar las pasiones, mecer, encantar, marchar, danzar, trabajar, soñar. Y cada cual captaba intuitivamente que ese poder musical es el más grande que existe, el poder mismo del verbo: el poder de crear”.