En su Segunda
Temporada Dominical el Ballet Moderno y Folclórico ha presentado en el Teatro
de Cámara Hugo Carrillo para niños “El Jardín Perdido”. La historia se
desarrolla en un bosque donde dos niños juegan pelota, encuentran a una vieja
deteriorada que es la Madre Naturaleza (su forma es el mal estado por el trato
incontrolable del hombre), la cual está a punto de morir.
Madre Naturaleza
lleva a los niños a un jardín escondido que es el único que queda y donde ella
protege a las últimas especies de la flora y la fauna. Los niños lucharan por
proteger y ayudar a la Madre Naturaleza enseñando al público infantil la
necesidad de vivir en armonía con el medio ambiente y sus habitantes y no dejar
que el mundo de concreto y metal se imponga ya que “es la destrucción de todos
los seres que habitan el planeta tierra”.
Ya me he
referido a la incursión en la temática infantil que el Ballet Moderno y Folclórico ha hecho desde que Fernando Juárez es Director General de la
entidad. La misma viene a nutrir la “participación folclórica de la entidad y
a sacarla de su encastillamiento combinando teatro y danza moderna, lo cual por
innovador es criticado por artistas y público en general y auto criticado por
sus mismo integrantes.
Quizá deba
ofrecerse un equilibrio transformando la teatralización propiamente dicha en
una participación gestual, mimo o pantomimo precisamente para no quitarle su
sabor de “arte” sin palabras a la danza. Creo que esto es de ir viendo la
transformación y evolución del concepto ya que no dejan de tener cierto grado
de razón quienes afirman que Juárez lo que ha hecho es “transportar lo que hace
con Centauro, su agrupación dramática al hecho dancístico o viceversa”.
Lo anterior, en
estilística (un artista tiene estilo y siempre se le idéntica por el) es válido
pero sin hacer perder la identidad propia del Ballet Moderno y Folclórico, el
cual si bien es cierto ha sido exageradamente rígida y “ folclórica”, valga el
termino, no puede ser destruida, como decimos en Guatemala, mi país “de
sopetón”; es decir “de un solo golpe”, tipo nockaut boxístico. De hecho he
aplaudo los últimos aportes en Danza Moderna de le entidad que, entre otras
cosas, la aleja de esa connotación folclórica que si bien es cierto es
apetecible en el extranjero en el interior del país nos tiene ya un poco
aburridos por no cambiar ni ofrecer nada nuevo.
El
reparto artístico de “El Jardín Perdido” lo conforman Edgar Pirir, Azucena
Santos, Ileana flores, Sofía Villar, María José Magaña, Ana Laura Orantes,
Laura Morales, Jazmín Sagastume, Luis Diéguez, Oswaldo Martínez, Sofía Reyes,
cesar estrada, Juan Magaña, Estefani Montufar, Renato carrillo, Marcio Chamale,
Josué Eli, Marco Vinicio Barrios y Oscar León.
Todos
tienen un alto grado de integración aunque esta se rompe cuando ciertos
personajes “hablan”. Son estéticamente interesantes las escenas de “los malos”
que le inyectan energía al trabajo; la de las arañas, altamente creativa en el
uso de niveles del escenario… Lamentablemente en los conjuntos, el coreógrafo
hace uso de recursos primarios como el anudarse las manos y pasar “en trencito”
debajo de otros brazos…
Dentro
del reparto técnico cabe señalar la participación artística de Amadeo Alizares en
diseño de vestuario y escenografía, logrando resultados asombrosos en el
primero, aunque no podamos decir lo mismo del segundo. En el primero s
interesante cómo su experiencia con el movimiento ha desarrollado una forma
sencilla de vestuario que se conjuga con el mismo y lo hace relucir. Se llevan
el aplauso los tocados de las flores, creativos y cómodos, dignos de cualquier
diseñador internacional.
Y
como la Danza es “arte de movimiento” y este, generalmente necesita de música
para realizarse, no puedo cerrar el presente sin mencionar la selección musical
pensadas no solo como elemento de la danza sino para mantener la atención del
público, el cual está realmente “entretenido” gracias al ritmo y melodía sin
importarle las pobrezas del montaje consistentes en escenografía y luminotecnia
que contrastan incluso con el programa de mano, diseñado por Dharma Morales que
presenta un trifoliar bien aprovechado en todas sus partes y con un gran
sentido del diseño y del color.
NOTA.
Las tres fotos son tomadas de Faceboock del muro del Ballet moderno y Folclórico El autor de la 1 y 2 es Eduardo Diéguez.
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