viernes, 13 de septiembre de 2013

Antídoto al veneno


La Asociación de Veteranos Militares, AVEMILGUA, ha editado el libro “Guatemala Bajo Asedio, lo que nunca se ha contado”, el cual recomiendo de primera mano a los amantes de la historia debido a que lejos de lo que nos tienen acostumbrados los historiadores con textos aburridos y mal redactados (sobre todo los semanasanteros) combina la historiografía con el Periodismo, lo cual hace mantener la lectura de principio a fin como se elaboran actualmente los libros científicos a nivel internacional. Y sobretodo los que aclaran la realidad, como sucede con este donde el Ejercito “el callado del post conflicto armado” rompe su hermetismo para decir las cosas desde su óptica y perspectiva, lo cual realmente hacía falta porque en una guerra por lo menos hay dos y solo hemos tenido la versión de la izquierda, la cual, respetable o no, es apenas una cara de la moneda.

Lo anterior es un “cae de su peso” cuando leemos en la solapa del libro que este “se adentra en un periodo de la historia nacional reciente: los años del conflicto que asoló nuestro país…”. La historia desde cualquier perspectiva es importante rescatarla porque al fin de cuentas, producto de la misma son las sociedades que la han vivido. Pero nos guste o no El Ejército en nuestra historia ha sido una herramienta para que los jóvenes piensen que Guatemala es más que un terreno resguardado valores como la disciplina, lealtad, honestidad, integridad, amor patrio, etc. enmarcados todos en eso que asustan tanto a los neófitos y detractores sin fundamento y que se denomina “disciplina militar”.

El Ejército de Guatemala es una de las dos instituciones más confiables ante los ojos de la población (la otra, la Iglesia). Es, sin duda, por ser semillero de valores que, a través de la disciplina, se les inculca a sus miembros desde el primer momento en que se incorporan a la Institución. Si la gente no confiara en el mismo, no estuvieran las masas populares pidiéndolo “para tener seguridad” ante la ola de violencia e inseguridad que vivimos actualmente en Guatemala. El Respeto, uno de dichos valores, convierte a los militares en verdaderos caballeros, atendiendo la acepción de lo que estos son portadores: Virtudes y valores de altísimo calibre que ha idealizado el mundo de la Literatura en figuras como Don Quijote o El Mío Cid. Está en el Código de Honor que guía la relación que debe tener todo miembro del Ejército con los demás dentro y fuera de la entidad.

Si le echamos un vistazo a dicho Código, nos damos cuenta que la palabra respetarse, pese a estar explicita únicamente en dos de sus mandatos, esta presente en todas. Leamos:

  1. No tomaré de la población ni un grano de maíz ni haré daño a los cultivos por donde camine.
  2. Respetaré a las mujeres del área y seré cortes demostrando especial cariño y amabilidad por los ancianos y niños.
  3. Pagaré el precio justo por lo que compre.
  4. Atenderé a los heridos y enfermos, sean amigos o enemigos.
  5. No hostigaré a los adversarios fuera de combate, los desarmare y entregare a mis superiores.
  6. Respetaré las costumbres y tradiciones de la población, así como a los cementerios, iglesias y centros educativos.
  7. Recibiré con amistad y cortesía a toda aquella persona que desee hablar conmigo. Saludare a todos los que encuentre en mi camino y no abusare de la hospitalidad que se me brinde.
  8. No aceptaré regalos ni honores de persona alguna.
  9.  Protegeré los recursos naturales, para contribuir a la preservación del medio ambiente.
Mi experiencia es darme cuenta cómo el Ejército de Guatemala ha evolucionado. No sólo se ha modernizado y adaptado a los tiempos sino que ha mejorado cualitativamente en todo. La preparación en la actualidad es importantísima para todos sus integrantes así como la promoción del desarrollo humano. Atendiendo a esa evolución no es correcto echarle la culpa, de lo que se pudo hacer en el pasado y mucho menos “mintiendo”, “envenenando la verdad”.

Por supuesto que en lo referente a los valores que son los mismos en todo tiempo y espacio no ha cambiado. Uno de dichos valores, el Respeto. Ejemplo: Cuando el Ejército actúa en cualquier operativo en pro de la población, la forma respetuosa en que lo realiza es lo primero que se admira. Por ello, no es raro que la población lo solicite y se sienta más segura con él.

Ese respeto se refleja de muchas formas. Pero parece que el uniforme es lo que más lo identifica. Inspira y da confianza. Ahora que abordamos un bus, en estos tiempos de crisis, y encontramos un miembro del Ejército adentro, subimos menos estresados como cuando estamos ante un amigo, un aliado, un hermano que lo único que quiere para nosotros es nuestra paz y bienestar. No cabe duda que el Ejército de Guatemala promueve la paz y la resguarda. Construye Patria y enseña a los demás cómo hacerlo.

En el libro que comento intervinieron en su elaboración, además de AVEMILGUA:


  •  Karen Cancinos, editora
Chupin@ta: La editora se anota un hit en toda la morfología del libro. La redacción, clara, concisa y sencilla es depurada en sus cuatro partes: Primera, de 1960 a 1968. Segunda: De 1968 a 1972. Tercera: de 1972 a 1982. Cuarta: de 1982 a 1989. Daría la sensación que algo hace falta al concluir la lectura y claro que si, el tiempo transcurrido desde 1989 a nuestros días, lo cual da pauta a una Segunda (tengo entendido también una Tercera) parte. Queda uno invitado y ansioso esperando lo que sigue…


  • Quality Print, impresión
Chupin@ta: La impresión es de primera. Nos presenta un formato que hace fácil la lectura y pone a las ilustraciones (fotos y gráficos) en su lugar. El de los anexos. Muchos libros actuales, sobre todo los que quieren tener carácter histórico, abusan de estas y ya pareciera el contenido un largo pie de foto con el pretexto que estamos en una época más visual y de menos lectores.


  • Jorge Ortega, promotor
Chupin@ta: Pues alguien tiene que dar la cara para promocionar el libro “Guatemala Bajo Asedio, lo que nunca se ha contado”, y que mejor que uno de los más ilustres responsables del cambio del Ejercito de Guatemala, el eminente historiador, poliglota y militar, don Jorge Ortega Gaytan quien no solo lo hace llegar a quien corresponde sino ha participado en varios foros, presentaciones y discusiones al respecto dejando bien sentado, como el gran estratega y relacionista público que es que “el libro aparece hasta ahora, la crítica más común al mismo, porque la historia necesita tiempo, espacio y recursos para escribirse de manera científica; es decir apegada a la verdad”. Lo interesante ha sido es que Ortega en ninguna entrevista ha atacado a los contrarios, presentándose siempre de manera imparcial, objetiva y, aunque fría casi siempre, sin hacer retoricas de defensa y justificación, a lo cual dichos contrarios no solo nos tienen acostumbrados sino hartos por la saturación emotiva de su mensaje vertido desde que se firmaron los Acuerdos de Paz en Guatemala.

La actitud de Ortega refleja la filosofía con que fue redactado este libro. No cabe duda que fue bien pensado. Leemos en la solapa del libro “Guatemala Bajo Asedio, lo que nunca se ha contado” que vale la pena mirar al pasado. “Pero no para enquistarnos en él, sino para que nos enseñe. Permitamos que el pasado nos dé la lección. Como que no debemos minarlo, hurgando en él no en busca de la verdad, sino de ocasiones para denigrar a otros. Como que no hay necesidad de ocultarlo, pero tampoco de distorsionarlo. Y como que a nadie beneficia su tergiversación, pues envenena no solo el presente sino también un futuro que no sabemos si presenciaremos, pero que ciertamente pertenecerá a quienes aún son pequeños o no han nacido siquiera”.

No cabe duda que Asociación de Veteranos Militares, AVEMILGUA, está integrada por verdaderos caballeros y patriotas. Su actitud, reflejada en lo que yo he llamado en el párrafo anterior “la filosofía del libro “Guatemala Bajo Asedio, lo que nunca se ha contado” nos muestra una actitud que creíamos desaparecida en la historia remota de Guatemala, la de personas preocupadas por legar a las generaciones futuras un mejor país, una Guatemala con oportunidades para el desarrollo humano como lo vemos en la actitud histórica de personajes como Francisco Marroquín, José Cecilio del valle, Miguel García Granados, Juan José Arévalo por mencionar algunos de diferentes parcelas históricas. Individualmente y en conjunto, pensaron en la humanidad en sí misma y que Guatemala es una sección de ella, haciendo de la verdad su principal estandarte para hacer llegar su legado a las generaciones futuras de siempre. AVEMILGA eso es lo que quiere, “desenvenenar el presente… para desenvenenar el futuro…”. Utilizando la misma terminología, el libro “Guatemala Bajo Asedio, lo que nunca se ha contado” es el antídoto.

Al leer “Guatemala Bajo Asedio, lo que nunca se ha contado” no puedo dejar de pensar una dama emblemática a quien sin querer, junto a otros ciudadanos y ciudadanas igualmente notables, AVEMILGUA rinde homenaje con el libro  “Guatemala Bajo Asedio, lo que nunca se ha contado”. Se trata de Irina Polà, Villatoro admirada entre los intelectuales por su sapiencia histórica y literaria y dedicación a las nuevas generaciones y a la promoción del rescate de valores, causaba polémica por su entrega incondicional al Ejército de Guatemala. Considerada en la actualidad “la Musa del Centro Histórico de la Ciudad de Guatemala” por ser la inspiración y guía de la juventud que la conoció y forjadora de toda una generación de creadores e intelectuales.

Irina Polà.

Irina decía que los soldados eran “sus chipilines” atendiendo el color verde de su traje. Les escribía cartas que llegaban al frente de batalla exhortándolos a no decaer en su “espíritu de vencedores”, slogan de entonces que ella promovía. Iba seguido a Antigua Guatemala a traer a la Iglesia de San Francisco, donde yacen los restos del Hermano Pedro, escapularios y rosarios para enviarles a las tropas combatientes. Un día, después de uno de esos viajes a Antigua, se sintió mal y murió de un infarto el 14 de Octubre de 1989. Irina promovía proyectos culturales para subirles la moral a soldados y oficiales. A estos últimos, impartía conferencias y para los primeros promovía videos, presentaciones teatrales, programas de radio, radionovelas desde la Biblioteca de la Brigada Guardia de Honor a donde fue invitada a estar todas las mañanas, inicialmente ad honorem y luego a cambio de una simbólica cantidad, combinando esta actividad matutina con su labor en la Biblioteca del Instituto Guatemalteco de Cultura Hispánica donde laboraba en la tarde

Luego, Irina fue invitada a integrarse al staff de Canal 5. Al morir, el Ejército de Guatemala entregó a sus hijos una condecoración póstuma por sus altos méritos patrióticos. Convencida de que el Ejército tenía la razón, se enfrentaba a intelectuales, fueran estos izquierdistas o no. Uno de sus logros fue el programa de Radio La Voz de la Brigada Militar Guardia de Honor que se producía y transmitía bajo su dirección en Radio Faro Cultural. Irina fue admirada por sus conocimientos. Una de las materias que dominaba era la Historia: Se apoyaba en ella para afirmar que el Ejército es una entidad fundamental para mantener el orden social y cultural de cualquier Nación, razón por la cual debilitarlo y destruirlo era uno de los principales objetivos de la lucha que polarizaba el mundo, la cual pretendía imponer en el mundo un nuevo sistema de valores sociales y culturales. Años después de la muerte de Irina, es el mismo pueblo el que ha solicitado que el Ejército de Guatemala lo apoye para mantener en paz y orden su sociedad y cultura. Si Irina estuviese viva seria parte del staff editorial de Karen Cancinos en torno al libro “Guatemala Bajo Asedio, lo que nunca se ha contado”.

Irina sabía que un soldado es un ser humano. Promovió siempre el respeto a sus sentimientos, necesidades y familia, elementos que los hacen solidarios con sus semejantes cuando lo necesitan. E Irina llamaba “chipilines” a los soldados no sólo por su uniforme. En algo se parecen a esa planta, decía. Una de las propiedades del chipilin es ayudar a promover el sueño y un soldado siempre deja sus sueños para que en la comunidad los demás realicen el suyo en paz. Construyen así Patria y nos enseñan a los demás como hacerlo.

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