lunes, 10 de febrero de 2014

Ética Empresarial



ÉTICA

Tengo una razón personal y otra académica para haber querido desarrollar este tema. Primero acabo de concluir los estudios de Administración Financiera y Gestión Cultural a nivel de licenciatura y actualizarme en el primer tema veo que los valores no cambian. Son siempre los mismos. Solo se reinterpretan.

Mientras estudiaba ciertas materias administrativas decía esto es teórico pero es importante se aplique en una empresa pero si se hiciera desde el punto de vista RC sería mejor o más efectivo o lo que nos ha pasado a muchos en esta entidad, ese principio, ese elemento, ese empresario parece más rosacruz que algún@s de nuestr@s miembros.

Entendemos perfectamente, gracias a los grandes filósofos de todos los tiempos que nos han hablado siempre del tema que EL HOMBRE ES UN SER ETICO. Sencillamente es saber lo que debe o no debe hacer; como debemos o no obrar. Por ello me es fácil relacionar el término con cualesquiera de las actividades del ser humano. Como el Periodismo, por ejemplo, una de mis profesiones.

En ese sentido podemos conceptualizar a La Ética Empresarial (EE) como conocer el bien del mal en el entorno de trabajo. Nada nuevo: Se refiere a los efectos de los productos y las necesidades de las personas que tienen un interés en la empresa (llamados grupos de interesados). Se centra en el bienestar profesional y su poder sobre la sociedad en dependencia de sus negocios existentes.

Ante estereotipos, prejuicios e ideologías contraria a la empresarial, la EE puede ser difícil de entender. Por ello, al tratar de entenderla lo mejor es comenzar con la ética universal y, a continuación pasar a lo más específico. La EE es el conjunto de valores, normas y principios reflejados en la cultura de la empresa para alcanzar una mayor sintonía con la sociedad y permitir una mejor adaptación a todos los entornos en condiciones que supone respetar los derechos reconocidos por la sociedad y los valores que ésta comparte. 

Actualmente, a nivel de las discusiones académicas, se detecta un grave error al hablar de la Ética pues se cree que es una pequeña esfera dentro de lo que compete a la empresa. Se reduce al uso o no de códigos, normas, o incluso de procedimientos orientados por la ley. O bien, se cree que es algo tan subjetivo, relativo y etéreo que es imposible considerarla y más aún cuando se habla de empresa y de economía.

La Ética es un asunto que cobija todas las esferas de la empresa, pues parte del ser. Se evidencia en todos los actos: lo administrativo, financiero, el compromiso con el medio ambiente, con la remuneración justa, con el estado y la participación en lo público, con la legislación, en fin; es presente en toda la esencia de la organización porque debe estar en cada uno de sus miembros, comenzando por las directivas.

La EE prioriza el desarrollo de códigos de ética con la finalidad de combatir aspectos tan comunes y cotidianos como:

  • La corrupción 
  • El hostigamiento laboral 
  • La difamación 
  • Los anuncios engañosos 



ÉTICA EMPRESARIAL 

La EE va de la mano con otros conceptos tales como Excelencia Empresarial, la Calidad Total, Calidad Total, Capital Humano, Gerencia de alto nivel y Responsabilidad Social Empresarial que algunos autores ven como sinónimo de Ética Empresarial.

La Excelencia Empresarial es conseguir unos resultados excelentes, en relación con los resultados clave de la organización, los resultados en sus clientes, los resultados en sus personas y los resultados en la sociedad. Estos se logran a través de un liderazgo que dirija e impulse la política y estrategia, las personas de la organización, las alianzas y los recursos y los procesos. La mejor manera de conseguirlo es utilizando los patrones éticos.

La Calidad Total es el compromiso ético con la excelencia, porque sólo una empresa que ha definido en sus valores supremos el generar productos y servicios de calidad, estará realmente comprometida en su consecución. 

Capital Humano es el conjunto de recursos humanos que posee una empresa o institución económica. El Desarrollo del mismo en Empresas es el desarrollo de las personas que trabajan en las mismas. Toda empresa tiene personas. 

Gerentes de alto nivel competitivo son los que hacen que una organización y su personal sean también competitivos. La condición de la empresa es consecuencia de las condiciones de los recursos humanos. Partiendo de esta premisa el desarrollo de todos los empleados no es una exigencia por cumplir de parte de todo empleador sino un requisito indispensable para el triunfo del negocio.. La Ética es el marco en el que estos Gerentes actúan.

La Responsabilidad Social Empresarial implica Ética a la hora de hacer negocios; de cómo éstos pueden ayudar a otros o dañarlos. Ser una empresa socialmente responsable es crear un modelo de empresa que pueda servir como referente. La calidad debe comprender todos los rincones de la empresa. Si no se genera calidad interna, mal puede ofrecerse una calidad apropiada a los agentes externos. Por ello la calidad se construye y genera en cada actividad, tarea y proceso de la compañía. Cada diseño, cada componente, cada tarea, cada producto, cada servicio, debe ser mejorado día a día. Para lograr ello los líderes deben modelar su mente y luego hacer otro tanto con la del resto del personal. Eso es ético.


LA EMPRESA ÉTICA 

Cortina (1998), dice que apostarle a la moralidad es no sólo un imperativo ético de humanidad, sino también un imperativo pragmático de supervivencia. Ella considera que la ética es necesaria en las organizaciones, no sólo para vivir bien, sino incluso para sobrevivir.

Y es claro, pues en un medio tan competitivo y globalizado, es necesario diferenciarse, respetarse y respetar a otros, responder por el medio ambiente como algo urgente, y establecer las mejores relaciones entre los diversos públicos (relaciones sólidas construidas no desde la cosmética sino desde la ética).

Las organizaciones y las empresas, pueden comunicar que hacen las cosas bien hechas:. Contarlo al público en general ayuda a informar quién es y cómo procede. Genera en otras empresas un deseo por trabajar por causas sociales que se relacionen también con la esencia de la organización y que puedan perdurar en el tiempo. Pero cuando se informa lo que se es y en consecuencia, lo que se hace, la comunicación publicitaria será efectiva. En lo contrario, lo que termina minando es la confianza, el nombre y la credibilidad de la misma. Es una muerte dentro del mercado competitivo.

¿Qué debe buscarse? Ser virtuoso, ser excelente, no sólo para alcanzar un certificado de calidad que, ciertamente, tiene un peso importante en la construcción de marca y de reconocimiento social; sino por el mismo gusto de hacer las cosas bien, de obrar bien. Eso implica tener un liderazgo ético que a su vez repercute en el desarrollo económico, social y medioambiental sostenible

Las empresas y las organizaciones, al igual que las personas, pueden acostumbrarse a tener unos buenos hábitos, que en la medida en que los repiten, los van convirtiendo en virtudes. En el campo de las organizaciones y de los negocios, la búsqueda de la excelencia exige tanto la virtud moral como la virtuosidad técnica. Arriesgarse, por ejemplo, a montar determinado negocio en el que se desconoce o no se domina la técnica, o no se tiene una asesoría o apoyo de una persona con la competencia indicada, es un acto de irresponsabilidad. De ahí, podemos afirmar que la responsabilidad va de la mano de la ética.

Cuando se habla de ética, se habla de un tipo de saber para actuar, de un actuar racionalmente, es decir, dándole uso a la razón. Es saber deliberar y tomar decisiones, en libertad y con responsabilidad. Para que haya valor moral, los actos deben ser resultados de una elección libre. Esa elección lo hace responsable tanto de la misma decisión tomada como de las consecuencias. Toda decisión transforma el presente, el futuro e incluso la forma de comprender e interpretar el pasado.

A nivel de las organizaciones, las políticas empresariales, la filosofía de la organización, los valores y principios que la rigen, se convierten en el motor de los actos que conducen a obrar de una cierta manera y a tomar ciertas decisiones y no otras. Esta es quizás una de las principales fallas de las empresas, pues suelen creer que hablar de misión, visión, políticas empresariales, etc. es cumplir con una documentación que no se aplica realmente en cada uno de los actos de la organización. Las empresas, internamente, deben tomar conciencia de que tener un texto construido, en el que definen la empresa, sus políticas y orientaciones es apostarle, en consecuencia, a unas decisiones cargadas de valores.

Sin embargo, aunque las empresas puedan tener un extenso listado de valores al interior, deben velar por dos valores básicos: la prudencia y la justicia. La prudencia en el ejercicio de la autoridad, de los directivos de la organización, se manifiesta en la justicia. La justicia, es una virtud que pertenece a la ciudad, a la sociedad, es el fundamento del diálogo y el camino a unas buenas relaciones.

Infortunadamente, la modernidad se mueve en otro tipo de corrientes, en la que impera principalmente el utilitarismo. Para esta posición utilitarista, algunos de los valores que priman son la eficacia, la eficiencia, la efectividad y la transparencia. Éste último, es clave cuando se quiere construir confianza y fidelidad entre cada uno de los individuos y grupos con los que se tiene relación. El valor de la transparencia es muy importante, pero no es el más importante.

El principal valor de la empresa es y debe ser en primer lugar: la persona. Una vez, se tiene claro que el primer lugar lo ocupa la persona, los demás valores, tales como: la prudencia, la justicia, la transparencia y la comunicación en la empresa, harán que la empresa alcance la excelencia tanto en sentido moral como económico y social.

La empresa es y debe ser una actividad humana con una finalidad social que está cimentada precisamente en las relaciones, en la participación, en la presencia y actividad de distintos interlocutores, de esta forma, cada una de las personas de la empresa no sólo cumplen con unas obligaciones sino que se hace co-responsable de la marcha de la misma. 

Según George Terry: “La ética adecuada en la administración requiere que un gerente sea honrado consigo mismo y con la sociedad, que trate en forma honorable a los demás en la misma forma que le gustaría ser tratado”. Esta recomendación para una buena administración tiene su origen en una máxima de tipo moral que realmente sigue siendo vigente en nuestro tiempo: no hagas a otros lo que no quieres que te hagan.

El trato con el otro, la valoración de la persona se convierte en el eje de una buena administración. Cuando la alteridad está presente, la identidad se afianza. La relación con los otros es un camino de doble vía, en el que uno como persona se expone al otro pero a la vez se enriquece por el otro. Pero si la relación con el otro está trazada única y exclusivamente desde el control y la medición de indicadores de eficiencia, eficacia y efectividad del trabajador y los procesos, es imposible que ella perdure.

La ética de la dirección va más allá del hecho de cumplir con las leyes y las normas propias de cada empresa, gremio y Estado. Tiene que ver con la obligación moral y la vocación. Toda profesión, todo oficio, toda empresa existe precisamente desde un compromiso o servicio con y para la sociedad, con y para los otros…

Con esto, se puede precisar que un buen director no decide siguiendo sus propios intereses sino considerando a los otros: llámese empleados, sociedad, clientes o usuarios, etc. Hay decisiones que pueden no ser rentables en el mismo momento en que se toman, o que prolonguen procesos o los hagan un poco más lentos, pero que a largo plazo se logre mucho más que riqueza económica: fidelidad, reconocimiento social, confianza.

La empresa es todo un conjunto de personas que se relacionan entre sí y que pasan una gran parte de las horas del día en interrelación. Es un tipo de comunidad que requiere la presencia de la comunicación y el diálogo. Desde este tipo de Ética, todas las personas son interlocutores válidos e importantes para la marcha de la organización. A la hora de construir empresa, es mejor optar por una racionalidad comunicativa y no una racionalidad estratégica.


EL PUNTO DE VISTA RC 

No hay empresas ni organizaciones sin personas, no hay humanidad en el trabajo, en la economía, en las políticas públicas si se olvida al hombre como máximo valor. Las personas no pueden ser instrumentalizadas o tratadas como una pieza más de un sistema que se desecha y se reemplaza sin ningún problema. El fin de la ética son las personas, es el hombre mismo.

Esta preocupación por volver la mirada a la persona, de humanizar más la humanidad ha sido la tarea de AMORC durante toda su trayectoria… Corresponde a todas las personas aprender a vivir en este hábitat que llamamos planeta y con la humanidad. AMOC nos enseña las leyes para armonizarnos con ellas.

El arte de vivir juntos es parte de la vida de la organización y de la sociedad. Para que una organización y una sociedad permanezcan en el tiempo, existan y se sostengan, se requiere de unas correctas relaciones. Cuando una persona sabe relacionarse con otra, el beneficio que se alcanza es mutuo. Pues es en la diferencia en donde nos reconocemos. Desde este punto de partida, es imposible pensar en hablar de una empresa lejos de la dignidad humana, lejos de los Derechos Humanos como unos mínimos éticos para el bien obrar.

La Ética tiene relación con la ontología y con la moral. Si una organización cuenta lo que hace, pero lo que hace no nace de lo que se es, tarde o temprano esta incoherencia saldrá a la luz pública y todo el esfuerzo e inversión en comunicaciones, estrategias de marketing y propuestas publicitarias habrán sido en vano.

La EE es una obligación, por el mismo hecho de ser una agrupación de personas que se unen para ofrecer un bien-servicio a otras personas. Pagar lo justo, responder con el Estado, cumplir la ley, tener claridad en los manuales o reglamentos de ética, proteger el medio ambiente y el entorno social que impacta la empresa, promover la participación, y tener presente los Derechos Humanos, entre otros, no es un asunto extraño, es el deber ser de la empresa. Contarlo a otros, es darse a conocer…

Si todas las grandes empresas, si todas las medianas y pequeñas empresas fueran responsables, fueran verdaderamente éticas y se hicieran cargo de una pequeña presencia solidaria permanente, sin caer en los paternalismos y en los nocivos asistencialismos, el camino de la equidad, la justicia y la disminución de los males sociales sería posible.

La posibilidad de recuperar el mundo depende del compromiso que se asume como empresa y organización. Como decía Ortega y Gassett: “yo soy yo y mis circunstancias, y si no la salvo a ella, no me salvo yo”. Si destruimos la fuente de riquezas, el hábitat, el entorno, los lazos sociales, la confianza, la posibilidad de competir libremente, de elegir libremente, de vivir en medio de la diferencia y no en la estandarización… ¿dónde queda la posibilidad de ser y de existir? AMORC vela porque tengamos una ética ante la naturaleza a nivel individual y colectivo; podríamos decir empresarial.

Es de esperarse que si una persona perteneciente a AMORC pone una empresa trabaje de manera ética. Pero en AMORC se asegura que estar afiliado a la entidad no es garantía de nada. Incluso se reconoce a muchas personas fuera de la entidad más éticas que algunos miembros. En ese orden de ideas, lo importante no es estar afiliado a AMORC sino poner en práctica los valores esenciales que dan vida a la Ética. Existe, además, literatura rosacruz que puede ayudar al mejor desenvolvimiento de los negocios pero si no es ético cualquier principio no es efectivo.

Uno de esos libros es “El ideal Ético de los Rosacruces en doce virtudes”, escrito por Serge Toussaint, gran maestro de Jurisdicción de Habla Francesa de AMORC. En la introducción se nos dice que la Orden está basada en cierta ética, es decir, un ideal de comportamiento.

Afirma Toussaint que “… todo conocimiento tan noble y prestigioso como pueda ser no es suficiente para volver sabio a quien lo posee, ya que la sabiduría es un estado de conciencia que resulta de un largo trabajo sobre si mismo….para llegar a ello debemos despertar las facultades de nuestra alma”.

En su libro “El ideal Ético de los Rosacruces en doce virtudes”, analiza dichas virtudes y las enfoca como parte del comportamiento humano ideal. Las mismas son:

  1. Paciencia 
  2. Confianza
  3. Templanza  
  4. Tolerancia 
  5. Desapego 
  6. Altruismo 
  7. Integridad 
  8. Humildad 
  9. Valor 
  10. No violencia 
  11. Benevolencia 
  12. Sabiduría 


En el orden de ideas que hemos desarrollado es interesante ver como al hablar de Confianza, la visión espiritual es tan profunda que nos invita a confiar en los demás porque son “encarnaciones de la divinidad”. Cuando se refiere a la no violencia comenta que “no debe limitarse a mantener relaciones armoniosas y tranquilas con el prójimo. Debe aplicarse a nuestro medio ambiente natural…”, invitándonos a tener respeto por la naturaleza.

En la conclusión del libro Toussaint asegura que quien lee, sea o no de AMORC “convendrá en el que mundo no está bien... Si queremos este mejor es necesario que cada quien haga el esfuerzo por perfeccionarse… los rosacruces no son seres perfectos y no pretenden serlo. Pero a causa de su ideal y su filosofía se esfuerzan por perfeccionarse, para progresar en el sendero espiritual y para contribuir al bienestar del prójimo… La humanidad tiene el deber y el poder de hacer el planeta el Paraíso, al cual todos más o menos conscientemente aspiramos… Para volver al mundo mejor no es necesario que todos los hombres sean perfectos. Es suficiente con que haga el esfuerzo por perfeccionarse, lo cual implica querer transmutar sus defectos poniendo al mismo tiempo sus cualidades al servicio de los demás. Ese es el ideal ético que anima a los rosacruces y al cual todo ser humano debería consagrarse…”.

Por esa razón invitamos a todos los seres humanos a hacerlo suyo y en el caso especial de esta charla y texto, a los empresarios poniendo en práctica eso que hemos denominado ETICA EMPRESARIAL.


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